Gabriel Aldoney (PS) nuevo presidente del directorio de la Empresa Portuaria Austral se refirió a los desafíos de su gestión. En ese sentido, indicó que hace falta una política más clara desde Puerto Montt al sur del país, debido a las características que diferencian a los puertos de la región austral de los del resto de Chile. “Aquí hay un tremendo impacto en la economía regional y nacional; las ineficiencias que se producen en el sistema de Puerto Montt al sur son grandes, por lo que hay que poner la imaginación para enfrentar un problema de esta naturaleza con los marcos legales existentes y si es necesario hacer modificaciones, las buscaremos lograr”, indicó a la Prensa Austral.

Señaló que existen dos enfoques para abordar la problemática portuaria en el extremo austral: primero, la conectividad dentro de la propia región de Magallanes y luego, con el resto del país.

Conectividad regional

En el ámbito regional resaltó que “la conectividad entre las rampas y al interior de la región no sólo es para la economía sino también para mejorar la calidad de vida de los habitantes”. Añade que al respecto que “si tuviéramos un sistema de transporte marítimo más eficiente, con mayor frecuencia y a tarifas competitivas con los camiones chilenos, podríamos evitar que éstos transiten por Argentina”.

Si bien reconoce que resolver lo anterior escapa a su cargo, planteó, igualmente, que “tenemos que estar listos como puerto para ofrecer un buen servicio al cabotaje y en el mediano plazo, los proyectos de hidrógeno verde aumentarán por lo que una de las cosas que se incrementará la carga de cabotaje y hay que prepararse para tener buenos terminales”.

Añadió al respecto que, si las rampas estuvieran en manos de la empresa, “podríamos aplicar todos los conceptos de planificación y desarrollo que la ley obliga a las empresas portuarias tenerlas, y, por lo tanto, hacer que los servicios vayan mejorando mucho más para el desarrollo de la economía interna de la región. Y por supuesto, queremos trabajar mucho más en las demandas de los servicios que van a la Antártica, esos tres puntos claves”.

En ese mismo ámbito se refirió a la proliferación de terminales asociados al sector acuícola: “la existencia de una cantidad de pequeñas rampas que no tienen administración y con tecnología atrasada en la modernización del transporte marítimo, atenta contra el uso racional del borde costero”.

Conectividad con el país y cruceros

En este ámbito Aldoney subrayó que “la conectividad de Magallanes y de Punta Arenas, depende de lo que hagan Los Lagos y Aysén. Por lo tanto, si el sistema portuario del norte funciona mal, afectará a la región de Magallanes y viceversa”.

En el caso de los cruceros indicó que “Punta Arenas es el lugar más importante en Chile, porque normalmente se habla de Valparaíso, pero es porque depende de lo que pase en Punta Arenas. Valparaíso es un lugar que es importante porque está Santiago al lado, pero lo que ocurre aquí es relevante en lo que significa la oferta de cruceros”.

En este ámbito destacó además que ya se han recibido más de 160 solicitudes de recaladas, lo que indica “demuestra la confianza que tiene la industria en la región, los cruceros buscan lugares atractivos y donde los cruceristas se sientan cómodos, pero eso no significa que hay que estar satisfecho, tenemos que seguir mejorando los servicios haciendo más atractiva la oferta turística y que exista una dinámica que sea beneficiosa para ambas partes”.

Gabriel Aldoney, explicó que actualmente se está trabajando en la extensión del muelle Prat, que va a permitir que los cruceros no estén a la gira, pero que aquello no es suficiente para competir con Usuahia (Argentina): “tenemos que tener la capacidad para que la ciudad comprenda que esta industria requiere apoyo; pero para que eso ocurra, la industria de los cruceros, debe comprender que también tiene que ser capaz de dejar algo en la ciudad”.

Hidrógeno verde

En este ámbito destacó que hay que dividir la acción portuaria en tres etapas, la primera es la capacidad de la región para recibir la carga de proyectos, la segunda es resolver de qué manera se va a planificar la infraestructura portuaria, donde hay dos maneras: una que cada proyecto tenga su propio terminal y otra en que haya los menos posibles, para que los terminales sean utilizados por distintos usuarios. Lo tercero, es que la región de Magallanes tendrá como impacto la llegada de nuevas personas, por lo que el abastecimiento y el cabotaje será mirado y analizado con anticipación.

Si bien estima que, desde el punto de vista portuario, los terminales de cabotaje son sencillos, “la dificultad está en los accesos y salidas”. Detalló al respecto que “entendemos que muchos de estos aspectos lo deben tomar las autoridades y nosotros estamos a disposición de colaborar y transmitir los conocimientos para una decisión de esta naturaleza; aunque no podemos permanecer indiferentes”.

Fuente: Mundo Marítimo