Si se comparan con las caídas observadas el pasado, el descenso actual de las tarifas, medido en porcentaje es en realidad bastante menor que el que se observa normalmente en el periodo posterior al Año Nuevo chino; de esa forma los expedidores que observan la evolución de las tarifas deberían ser cautos en la interpretación de los datos. Aunque, concede que los índices actuales podría ser un presagio de más descensos en el futuro, especialmente si la demanda cae rápidamente.
El índice compuesto del World Container Index (WCI) de Drewry disminuyó un 3,8% hasta los US$8.832,23/FEU, sin embargo, es un 79% más alto que en la misma semana de 2021. Es la primera vez que el WCI por debajo de los US$9.000/FEU por primera vez desde el 29 de julio de 2021. En detalle las tarifas de flete en la ruta Shanghái – Los Ángeles se hundieron un 7% (US$811), hasta los US$10.154/FEU. Además, las tarifas spot en la ruta Shanghái – Nueva York cayeron un 5% o US$$685 a US$12.276/FEU. Del mismo modo, las tarifas FAK (freight all kind) en la ruta Shanghái – Róterdam cayeron un 4% o US$464 a US$%12.221/FEU. ¿Estamos al fin en presencia de una declinación de las tarifas?
De forma intrincada a la evolución de las tarifas, se desarrollan los acontecimientos en China relacionados con la ola de la variante ómicron que obligaron el cierre del centro comercial, de fabricación de tecnología y de almacenamiento de Shenzhen hasta el 20 de marzo. De acuerdo con Freightos Baltic Index, la caída en las tarifas marítimas de envío desde Asia desde la semana pasada (8% a la USEC, 6% al norte de Europa) reflejó en buena medida la disminución en los envíos disponibles.
La caída de las tarifas pudo haber sido mayor, pero los puertos del área de Shenzhen, incluido el estratégico terminal de contenedores de Yantian- responsable de aproximadamente el 25% de los volúmenes oceánicos de origen chino con destino a EE.UU.- logró permanecer abierto y las líneas navieras no se vieron en la necesidad de cancelar sus recaladas.
Sin embargo, durante la semana pasada se proyectó que, ante el eventual cierre de alguno de los puertos de la costa china, los puertos de EE.UU. y a la UE podrían observar una caída de las recaladas en las próximas semanas. Eso sí, seguida de un aumento no deseado de los arribos a medida que se incremente el flujo de los envíos, rememorando los acontecimientos del segundo semestre de 2021 donde los puertos de Los Ángeles y Long Beach contabilizaron enormes cantidades de portacontenedores en espera de un sitio de atraque.
No obstante, China ha aprendido en parte la lección en cuanto a lo desastrosa que puede ser para su economía la aplicación draconiana de cuarentenas en sus centros productivos y puertos y estaría optando por flexibilizar sus políticas.
De hecho, ya se difundido que Shenzhen permitió el 18 de marzo que las fábricas y el transporte público en varias partes de la ciudad reanudasen sus operaciones aliviando parcialmente un estricto bloqueo que paralizó el centro tecnológico que limita con Hong Kong, mientras el presidente Xi Jinping se comprometía a suavizar el impacto económico de sus medidas de lucha contra el COVID.
Fuente: CADCH