La directora ejecutiva del Consejo del Salmón, Joanna Davidovich, destacó la importancia de la investigación y su aporte hacia el desarrollo de una acuicultura competitiva, sostenible y que aporte al desarrollo de la macrozona sur de Chile.
Los académicos del Instituto de Economía de la U. Católica, Raimundo Soto y Hugo Silva, presentaron las conclusiones del Estudio “Externalidades y Regulación de la Industria del Salmón en Chile y el resto del mundo”, que -a partir de una comparación de las experiencias y regulaciones de otros países líderes en producción de salmón-, propone cómo podría mejorarse la regulación de la salmonicultura en Chile pensando en el desarrollo sostenible de la actividad de cara a las próximas décadas.
El estudio analiza la evolución de la normativa en Noruega, Escocia y Canadá y lo compara con la actual regulación de la salmonicultura chilena. Se detalla el caso escandinavo, que mediante la experimentación con muchos sistemas distintos en el último medio siglo, ha podido implementar una regulación relativamente simple que permite un rápido crecimiento de la industria manteniendo igualmente exigentes estándares ambientales. Por su parte, Noruega anunció una expansión sustancial de su producción para las próximas décadas.
Conclusiones
Siguiendo la experiencia internacional, el estudio señala que la actual regulación en Chile requiere un proceso de actualización y plantea concentrarse en cuatro dimensiones:
1. Es imprescindible contar con una estrategia nacional de desarrollo sustentable con una visión estratégica de largo plazo que permita la creación de un “cluster productivo y de innovación de alta complejidad”. El sistema actual que regula la operación lleva más de una década funcionando y debe ser actualizado con una planificación estratégica que incluya a los principales actores públicos y privados.
2. Para impulsar un crecimiento sustentable y armonizarlo con el control de las externalidades que generan las actividades productivas es fundamental condicionar el crecimiento al buen desempeño ambiental. Esto requiere fomentar el aumento en investigación científica que permita identificar y cuantificar las externalidades negativas de corto y mediano plazo, para luego definir un objetivo medioambiental y condicionar el crecimiento de la industria al cumplimiento de éste.
3. La evidencia internacional indica que la sustentabilidad de la industria y el control de externalidades requiere que la regulación sea hecha sobre la base de las condiciones locales de producción y con una sólida base científica respecto de las condiciones oceanográficas y sanitarias en cada locación. Por el contrario, Chile tiene una única regulación aplicable a todas las zonas productivas del país repartidas en más de 78,000 km de longitud de costa.
4. Existe un espacio significativo para aumentar la eficiencia productiva, a través de una optimización de la duración de ciclos de producción y descansos, y mayores niveles de flexibilidad para reubicar barrios y licencias. En particular, se podrían aprovechar nuevos lugares que son eficientes con la tecnología actual de producción y expirar licencias ubicadas en sectores poco productivos, junto con la creación de nuevas licencias, que fomente la competencia reduciendo barreras a la entrada.
Fuente: El Pinguino